Esta es la frecuencia con la que tienes que lavar tus toallas, según un microbiólogo
En el cuarto de baño, uno de los artículos más utilizados son las toallas. Las usamos para secarnos después de una ducha, lavarnos las manos, la cara y los dientes. Cada vez que las utilizamos, absorben agua y acumulan células muertas de la piel, restos de aceites corporales, y residuos de productos de higiene personal o de maquillaje. Esta combinación de humedad y calidez hace que las toallas se conviertan en un terreno fértil para las bacterias, los gérmenes y otros microorganismos.
Los problemas de salud que pueden ocasionar las bacterias de las toallas
Las bacterias que habitan en las toallas no sólo provocan malos olores, sino que también pueden afectar nuestra salud. «Estas bacterias se depositan en nuestra piel causando problemas como prurito o resequedad», explica la dermatóloga Alina Hernández. Además, pueden ser responsables de infecciones cutáneas y respiratorias, especialmente en personas vulnerables como niños pequeños o aquellos con sistemas inmunológicos comprometidos.
Según la doctora Hernández, para evitar que las toallas de baño se conviertan en un caldo de cultivo para microorganismos dañinos, es crucial mantenerlas limpias. Sin embargo, existe una gran confusión en torno a qué tan a menudo deberíamos lavar nuestras toallas. Muchos de nosotros seguimos la tradición que nos enseñaron nuestras madres o adoptamos nuestro propio ritmo basado en la frecuencia de uso. Normalmente, la mayoría de las personas lavan sus toallas una vez a la semana, pero, un microbiólogo advierte que esto puede ser insuficiente.
La frecuencia con la que tienes que lavar tus toallas, según un microbiólogo
El aspecto limpio de una toalla no garantiza la ausencia de microorganismos perjudiciales. Por esta razón, lavarlas solo una vez a la semana podría no ser suficiente. Philip Tierno, microbiólogo y profesor de la Universidad de Nueva York, argumenta que después de sólo dos o tres usos, las toallas ya pueden acumular bacterias. Por lo tanto, recomienda lavarlas antes de su cuarto uso.
Cómo cuidar las toallas para que no acumulen bacterias
Además de lavarlas después de dos o tres usos, es esencial cuidar las toallas correctamente para evitar la proliferación de bacterias. Pía Nieto Villa, una organizadora profesional, ofrece algunos consejos en su cuenta de Instagram para mantener las toallas libres de microorganismos:
Nunca dejes las toallas en el suelo: Después de usarlas o antes de lavarlas, no las tires al suelo, donde pueden acumular más bacterias. Siempre mantén las toallas colgadas, lo ideal es tener toalleros en el baño.
No amontones ni enrolles las toallas: Cuando se colocan las toallas unas encima de otras o se pliegan, se puede favorecer el crecimiento de las bacterias y el mal olor.
No mezcles las toallas con otras prendas: Al hacerlo, podrías propagar bacterias a tu ropa.
Lávalas con agua caliente: Idealmente, se deben lavar a 40 grados para eliminar mejor las manchas, los gérmenes y las bacterias. Sin embargo, si se trata de un tejido delicado, deberías utilizar un programa de agua fría. Siempre verifica la etiqueta de la prenda.
Utiliza un detergente suave: De esta manera, no dañarás la prenda. Además, no utilices demasiado detergente, ya que un exceso de este producto no es bueno para los tejidos y no hará que las toallas queden más limpias.
Alterna el suavizante con el vinagre: En lugar de utilizar siempre suavizante al lavar tus toallas, alterna su uso con el vinagre. Este producto ayudará a eliminar las bacterias y los malos olores.
No compartas toallas: Cada persona en la casa debe tener sus propias toallas. Además, deberías tener una toalla para cada parte del cuerpo (para el pelo, la cara, las manos, los genitales y el resto del cuerpo).
Realiza una limpieza profunda de vez en cuando: Ocasionalmente, lava tus toallas con una mezcla de bicarbonato de sodio y vinagre o con amoníaco para prevenir la acumulación de malos olores.
Sustituye tus toallas cada cierto tiempo: La experta recomienda hacerlo de una a tres veces al año.
Consérvalas bien secas: «Recuerda que, cuanto más gruesas, más tardan en secar», advierte Pía Nieto. Lo ideal es secarlas al sol y mantenerlas en una zona ventilada.
Limpia la lavadora: En ocasiones, las bacterias se pueden transmitir de este electrodoméstico a las toallas. Por eso, es fundamental mantenerla limpia.
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